Mapas corporales de una pandemia: narrativas visuales y orales de mujeres migrantes indocumentadas

Exposición del 14 al 28 de febrero de 2022 en La Misericoria, Palma.

Poemas

Sin título

Si te siente feliz,
no es que seas feliz
o no lo seas,
sino que ya no piensas
si eres feliz o no.
Sin nada que te inquiete
contemplas esta luz
suave de la tarde
y te dices: feliz,
feliz o no,
qué alegría vivir
sin importarte
lo que esto signifique.

José Corredor-Matheos

ADIÓS A LAS VISTAS

No guardo rencor a la primavera
por haber vuelto.
No la culpo
de cumplir con sus deberes
año tras año.

Comprendo que mi tristeza
no detendrá el verdor.
Si la hierba vacila
se debe sólo al viento.

No me duele que los alisos
inclinados sobre el agua
vuelvan a tener con que susurrar.

Acepto de buen grado
que —como si aún vivieras—
la orilla de cierto lago
siga tan bella como antes.

No les reprocho a las vistas
las vistas a una bahía
deslumbrada por el sol.

Incluso soy capaz de imaginar
que unos no-nosotros
están en este momento sentados
en el tronco caído de un abedul.

Respeto su derecho
al bisbiseo, a la risa
y al silencio feliz.

Incluso les supongo
por amor unidos,
y que él la rodea
con un brazo vivo.

Algo súbito, algo pajaril
cruje entre el juncal.
De corazón les deseo
que lo oigan.

No pido cambios
a las olas de la orilla,
ora ágiles, ora perezosas,
que, a mí, no me obedecen.

No exijo nada
del remanso del bosque,
ya esmeralda,
ya zafiro,
ya negro.

Sólo con un detalle no me conformo.
Con mi propio regreso al lugar.
Con el privilegio de la presencia.
Presento mi renuncia.

No he vivido más que tú,
sino sólo lo bastante
para pensar de lejos.

Wisława Szymborska

Notas de una expedición no realizada al Himalaya

Así, pues, esto es el Himalaya.
Montañas corriendo hacia la luna.
El instante del despegue detenido
en un cielo rasgado.
Un desierto de nubes lleno de agujeros.
Un golpe en la nada.
El eco: un mudo blanco.
Silencio.
Yeti, abajo es miércoles,
hay abecedario y pan,
dos y dos son cuatro,
y la nieve se funde.
Hay una manzana roja
partida en cuatro.
Yeti, entre nosotros
no sólo existe el crimen.
Yeti, no todas las palabras
condenan a muerte.
Heredamos la esperanza,
regalo del olvido.
Verás cómo entre ruinas
parimos niños.
Yeti, tenemos a Shakespeare.
Yeti, tocamos el violín.
Yeti, al anochecer
prendemos la luz.
Aquí, ni luna ni tierra,
y se congelan las lágrimas.
¡Oh, Yeti, casi hombre de la luna,
piénsalo y vuelve!
Así dije, a gritos, al Yeti
entre las cuatro paredes de avalanchas,
y para entrar en calor pateaba
en la nieve,
en la eterna.

Wislawa Szymborska

LA ESPERANZA ES ESA COSA CON PLUMAS

La esperanza es esa cosa con plumas
que se posa en el alma,
y canta la melodía sin las palabras,
y nunca se detiene en absoluto.

Y se escucha el más dulce en el vendaval;
Y debe estar dolorida la tormenta
que podría abrumar al pajarito
que mantuvo a tantos calientes.

Lo he oído en la tierra más fría,
y en el mar más extraño;
Sin embargo, nunca, en extremo, me
pidió una migaja.

Emily Dickinson

TESTAMENTO

A mis hijos

Les dejo una escalera
tambaleante
inconclusa
tiene peldaños rotos
otros están podridos
y más de alguno
entero.
Repárenla
elévenla
suban por ella
suban
hasta tocar la luz.

Claribel Alegria

Aquel caza-libélulas
¿hacia qué región hoy
se me habrá ido?

Flora el ciruelo:
ya caiga lluvia o nieve
hay siempre primavera.

Margaritas en flor:
cada vez que se muestra
la piel de una mujer.

Chiyo

Cova de lladres

Han pres el Sol a la Dona
i l’han consolada amb la Lluna;
han pres la Lluna a la Dona
i l’han consolada amb els Mars;
han pres els Mars a la Dona
i l’han consolada amb els Estels;
han pres els Estels a la Dona
i l’han consolada amb els Arbres;
han pres els Arbres a la Dona
i l’han consolada amb Conreus;
han pres els Conreus a la Dona
i l’han consolada amb la Lar;
han pres la Llar a la Dona
i l’han consolada amb Elogis….
Deessa, la cova de lladres que els homes hereten,
han de deixar-la aviat, i hauran d’anar-se’n
retornant-te el teu Sol, la teva Lluna, els teus Mars,
Estels, Arbres, Conreus i Llar,
però estalviant-te la indignitat dels Elogis.

Robert Graves